lunes, 28 de diciembre de 2015

Anteus de Chanel (actual y vintage)....o la formulación de la masculinidad salvaje.

Año de publicación: 1981
Creador: Jacques Polge.
Estado: Reformulado. La fórmula actual es similar en longevidad pero difiere en los acuerdos olfativos.
Principales notas (o a qué huele en mi): Hierbas verdes frescas, cítricos masculinos no frescos, cuero ligeramente sucio, humo e incienso. Maderas de coníferas
Sentimientos que provoca: Masculinidad clásica e insolente. Salvajismo masculino.
Usos: el actual es fácilmente de diario, el vintage requiere de un día especial para no apabullar.
Duración y estela: ambas versiones son similares. El antiguo tiende a ser más punzante y difícil de llevar. Duran en promedio seis horas.










Si Nº5 tuviese una versión masculina sin duda sería Anteus, escuche decir por ahí una vez; yo quisiera pensar que si Arpege, Madame Rochas o Paloma Picasso tuviesen un par masculino estaría plasmado en esta maravilla. Anteus es un perfume de un hombre orgulloso de serlo en todos los sentidos; es fuerte, un poco grosero y resueltamente animal. Su corazón cálido y oscuro, detenta una salida punzante, ligeramente aldehídica, con puntos de cuero, humo y notas potentemente herbáceas y arrolladoramente animálicas (no lo incluí en los perfumes animales pues tenía la intención de dedicarle un post solo). Ha sido amansado con los años pero sigue poseyendo su impronta de gran señor, como el gran clásico que es.

En la mitología griega Anteus (Anteo) es el hijo de Poseidón y Gea, conocido por ser un luchador invencible y poderoso que obligaba a los viajeros que pasaban por sus tierras, en Libia, a pelear con él en un combate de lucha libre. Su fuerza era arrolladora pues venía directamente de su madre, la Tierra. Tras años de detentar su poder fue derrotado por Hércules, su medio hermano, cuando éste lo levantó y le aplastó las costillas mientras caía. Este es el concepto que subyace tras esta fragancia de Chanel y que persigue la representación ambivalente de un hombre que puede ser un duro e impenetrable pero a la vez, vulnerable y gentil, fiero con sus enemigos y tierno con sus amantes. Es una fragancia que glorifica el poder.

Sus notas de salida están caracterizadas por las hierbas clásicas ligeramente cítricas, gracias a la bergamota y el limón, que presenta puntos astringentes de sabia vegetal con puntos leñosos, propios del acuerdo de cilantro, tomillo, salvia y madera de mirto. Hay puntos en la salida de sus notas que me recuerdan a la albahaca y al orégano fresco pero esto puede solo una impresión.

En la parte de media de sus estructura aromática la unión de florales cremosos, principalmente jazmín, con algunas alusiones a resina dulce o tal vez cera de abejas, son el preámbulo ideal para la explosión de musgo de roble, castoréo y balsámico pachulí que lo inhundan todo; dejando puntos de tabaco, cuero y maderas de coníferas cuyos acuerdos lo conectan con la perfumería clásica de fuerte presencia masculina tan propia de los ochenta…no es de mi estilo pero no pude dejar de caer rendido a sus pies de héroe mítico.
Las reformulaciones de los grandes clásicos  es un tema que literalmente “saca ronchas” en los foros de internet, en mi opinión, discutirlas es una pérdida de tiempo que sirve solo para el recuerdo poético de lo que no volverá.  Así como van las cosas, cada vez será más difícil mantener los clásicos debido al alarmante aumento de las restricciones y los rumbos que toma el mercado moderno; hoy Anteus sería un fracaso en todo sentido.

Poseo una versión de 1990 cedida hace poco y he tenido la posibilidad de testear la fórmula contemporánea en, al menos, tres oportunidades y, notas más o notas menos, debo señalar que la actual se aleja en cremosidad y en riqueza animálica de la vintage; diferenciándose a años luz en la salida y en algunos puntos medios. Pasadas dos horas de aplicado, no pude distinguir diferencia alguna.

Un aspecto común que se presenta al comparar los perfumes clásicos con sus actuales reformulaciones se sustenta en la diferencia de los matices propios de todo aroma vintage; no puedo dejar de pensar en que las versiones modernas persiguen llegar más rápido hacia la captura de la idea original del aroma. Si comparamos un clásico Chipre como Madame Rochas, Miss Dior o Creatión o uno animálico como Paloma Picasso, Shalimar o el mismo Anteus, las versiones actuales pierden en la riqueza de los puntos discordantes, la cremosidad o voluptuosidad de sus notas, transformándose en aromas más directos y pragmáticos, en cambio, las antiguas poseen estructuras, matices y giros románticos que le otorgan una corporalidad única a la fórmula. Se dan más vueltas antes de dar un acabado final y de paso fomentan los vuelos de la imaginación en distintas direcciones.

Volvamos a Anteus, las últimas pruebas que he realizado han sido hace un par de meses en puntos de venta Chanel de grandes tiendas, por ende, ningún tester debe ser anterior a 2010 (por si acaso, probé en cuatro tiendas distintas), al compararla con la versión que poseo datada de mayo de 1993 y después de tres horas de uso, su evolución y longevidad son similares; los acuerdos aromáticos, lamentablemente, son otra historia, mientras la actual esta rodeada de matices cítricos, sobre acuerdos de cuero e incienso, con un fondo mohoso propio del musgo,  la versión antigua, presenta una nota de rosa polvosa y ládano, hierbas con una exagerada tendencia a savia vegetal entrelazada con una fuerte nota animálica, su principal característica, que le da un aspecto de cuero sucio que me recuerda a un Shalimar sin la nota de vainilla.


Anteus, el semi dios, descanza sobre los laureles de sus glorias pasadas, no está muerto pero ha sido conquistado aún así, sigue siendo un buen representante de lo que Chanel es hoy.

sábado, 26 de diciembre de 2015

Feliz Navidad....y Coriolan de Guerlain o los últimos chipres.

Año de publicación: 1998
Creador: Jean Paul Guerlain
Familia: chipre
Estado: descontinuado.
Principales notas (o a qué huele en mi): bergamota, limón y notas cítricas que decantan en hierbas frescas y acidas para dar paso a musgo de roble, un dejo de cuero y tierra y maderas dulces.
Sentimientos que provoca: libertad y elegancia. Alguien seguro y confiado que no teme ir más allá de lo establecido. 
Usos: especiales e íntimos. Es un perfume de día pero no para cualquier ocasión.
Duración y estela: moderadas. En mi piel dura cinco horas siendo muy potente la primera.




Un perfume clásico, distinguido y el único Guerlain estrictamente masculino que conozco. Debo confesar que lo compre por romanticismo, pues no pude resistirme a esa hermosa botella que dibujé una y otra vez en mi adolescencia, cuando no podía darme el lujo de armar una colección con perfumes reales y me dedicaba a pegar los recortes de las revista en un álbum de fragancias.



Muchas veces he comentado que mi gusto  por los perfumes empezó muy niño, pero fue entre los 13 o 14 años que adquirió tintes de adicción. Comencé como todos los adolescentes, coleccionando los recortes del objeto de mi afecto pero, mientras mis pares recortaban las revistas haciendo álbumes caseros de sus artistas favoritos, yo pegaba cuanta imagen de botellas de fragancias encontraba. Poseía un sistema muy ordenado, cada perfume estaba clasificado en relación a la casa a la que pertenecía y al año en que había sido lanzado, más una adición de sus familias aromáticas y sus principales notas, era mi propia fragrantica.com en papel basada en la imaginación. Coriolan y Safari eran los reyes indiscutidos de mi colección de imágenes, amaba esas botellas y las dibujaba una y otras vez. Llegue a tener más de quinientas páginas de recortes y guarde ese álbum durante más de diez años, muchas de ellas pertenecían a perfumes que jamás probé y que hoy se encuentran totalmente extintos, cuan raras criaturas, por ello cuando vi este mágico Guerlain, en una antigua perfumería, no pude dejarlo ir.



Notas altas de bergamota, petit grain y salvia, potente, cítrica y fresca que decantan en toque muy suave de comino, por lo menos en mi piel, y luego nuez moscada bañada por el verde herbal del tallo del cilantro.
Picante de hinojo, un poco de pachulí y benjuí, que no le alcanzan a dar un toque dulce y cálido, y finalmente, una sensación húmeda terrosa y leñosa, como a bosque de invierno: musgo de roble… supongo.


Un perfume elegante, distinguido y serio; perfecto en su composición que busca explotar de una en una cada nota enlazándolas para dar paso a la siguiente. Es un Guerlain con todas sus letras, perfecto y complejo en su estructura, pero a la vez delicada y no intrusiva, como la verdadera elegancia que jamás hace estridencias de marcas  y excentricidades pero denota su calidad con solo sentirla. La versión que poseo es de 1999 y es probable que, debido a su edad y que además desapareció pronto del mercado, posea musgo de roble natural ya que posee una profundidad de Chipre boscoso que, otras fragancias más actuales que poseo de esta misma familia, no tienen.



Huele a finales de los noventa, seguramente hay muchas otras fragancias parecidas, puesto que su aroma me resulta familiar...tal vez me traiga recuerdos de Jazz o del antiguo Vetiver de Puig.



Me enteré hace poco que Guerlain había relanzado algunos perfumes descontinuados bajo botellas genéricas, una moda o guiño de fidelidad comercial a sus clientes que, escandalizados, clamaban por las reformulaciones de sus fragancias favoritas;  encuentro una lástima esto pues la botella de Coriolan es tan bella como el jugo que guarda dentro. El nuevo Coriolan recibió el nombre de L´âme d ´un héros, desconozco su aroma y composición.


Aún es posible conseguirlo en línea a un buen precio.


Dejo pendiente mi revisión de Anteus para la próxima…los avatares de fin de año me han pasado la cuenta y ya han pasado muchos días sin publicar.

lunes, 14 de diciembre de 2015

Perfumes de animal o cómo huele un perfume políticamente incorrecto: Rumba, Animale y La nuit

El concepto que subyace tras la palabra perfume hacía referencia, en tiempos muy antiguos, a la sustancia aromática que desprendía un humo fragante al ser quemado. Es probable que los primeros perfumes o aromas hayan surgido, por casualidad, con el descubrimiento del fuego y su capacidad alquímica para transformar la materia, en este caso las resinas propias de hierbas y maderas, en sustancias soporíferas capaz de emitir un olor.

En la actualidad hablar de perfumes es hacer referencia a aromas agradables, que nos traen bellos recuerdos o que usamos para seducir y que, de alguna manera, focalizan nuestras emociones en pos de un objetivo placentero. El perfume al igual que la comida o el sexo, nos entregan placer y nuestro cerebro reacciona a esto activando dopamina que nos relaja y nos predispone a sensaciones agradables, es decir, cuando lo pasamos bien somos más felices. ¿Pero qué sucede cuando un perfume nos hiere, cuando su aroma nos desagrada o cuando no entendemos su estructura olfativa?¿Por qué un aroma debe ser agradable u oler bien?¿Somos capaces de aceptar un aroma que nos molesta o nos hace sentir incómodos…?



Los perfumes animálicos están agrupados, generalmente, dentro de dos grandes familias aromáticas: los perfumes chypre, una familia caracterizada por acuerdos de cítricos, flores y musgo de roble y también, los orientales florales, con fuerte presencia de especies y maderas. Almizcle, algalia, castoreo o ambar gris, son algunos de los ingredientes más usados en perfumería desde la Edad Media con el objetivo ulterior de fijar la volatibilidad de la fragancia y de paso darle profundidad, fuerza y misterio.

Hay muchos ejemplos de fragancias de la época clásica de la perfumería (entre 1890 a 1990) que poseen dentro de sus fórmulas estos ingredientes y, la gran mayoría de ellas, que fueron éxitos durante su época de lanzamiento, hoy son consideradas políticamente incorrectas o absolutamente demodé. Algunos de estos perfumes han quedado en el olvido del descontinuo y de paso, se han vuelto en obsesiones de coleccionistas, otros han caído en las tijeras de la reformulación que han aireado sus notas, cambiando sus fórmulas y sus ingredientes animales por otros sintéticos que les permitan existir al código de censura al que nos somete la IFRA. Sea como sea, son especiales y únicos…y solo algunas personas son capaces de llevarlos.

Ejemplos de buenos animálicos que podemos encontrar hoy, reformulados pero no tan desastrosamente, son: Anteus de Chanel, Paloma Picasso (revisado el post anterior), Diva  de Ungaro (revisado hace un par de meses), Joop Femme (revisado en las vainillas sucias)  e Ysatis de Givenchy (revisado hace algún tiempo), son claros representantes de que el cambio en el ingrediente natural por uno artificial ha permitido la sobrevivencia del perfume pero pagando en profundidad, voluptuosidad y desde luego estela.

A continuación revisaré tres perfumes con una fuerte carga animal, dos de ellos se pueden encontrar reformulados y el tercero ha quedado en el olvido: Rumba de Balenciaga y Lapidus, Animale de Animale y La nuit de Paco Rabanne.


Rumba de Balenciaga y de paso un guiño al “nuevo” firmado por Ted Lapidus.

Año de lanzamiento: 1989
Creador: Jean Claude Ellena
Estado: Reformulado, pero muy bien, como la mayoría de los productos Ted Lapidus.
Principales notas (o a qué huele en mi): metálico y ácido. Aldehídos y frutas maduras; toques de miel, cuero, almizcle y sudor.
Usos: especiales y nocturnos, no es un perfume de diario (no creo que alguien o su entorno sea capaz de aguantarlo)
Sentimientos que provoca: sentimientos encontrados, pesadez, pasión desatada. Es un aroma desconcertante.
Duración y estela: gigantes, posee más estela que Opium o Jungle.


Rumba es una bomba de “aldehídos” (que no posee), unido a una ciruela negra, madura y profunda; notas animales, flores potentes y miel. No es un perfume fácil de llevar y mucho menos por aquellas personas que gustan de fragancias diáfanas o confitadas.

Es dulce pero no desde la perspectiva contemporánea, las frutas de Rumba son maduras, pulposas y con un toque ligeramente vinagre y licoroso. Es curioso, pero esta fragancia siempre me ha dejado una sensación al aroma alcohólico de la sidra de manzana o de uva, un dulzor un poco ácido y con dejos metálicos y polvosos, tan típicos de los aldehídos de los setenta.

Rumba fue lanzado a fines de los ochenta pero perfectamente podría ser una diosa que acompañe los aromas potentes de principios de esa época, puesto que su aroma es hiriente, desconcertante y esta lleno de matices que rayan en la putrefacción aromática. Huele a animal a sudor y a cuero…si tuviese más vainilla, humo y menos vinagre sería un perfecto sustituto para Shalimar de Guerlain.

Luego del impacto inicial,  la  ciruela y las frutas se mezclan con clavel y algunos toques vegetales verdes, como a tallo de planta, matizadas con musgo de roble que le dan un aspecto mohoso y ligeramente metálico, todo esto rodeado por miel desde el principio hasta bien avanzada su estructura olfativa. Hacia el final el aroma va decantando en almizcle y un tono pesado y punzante, entre dulce, ácido y ligeramente sudoroso, ¿tal vez, el ámbar gris?; toques de cuero y flores blancas con una fuerte carga indólica. En este punto el perfume adquiere un aspecto a bestia desordenada, animal y sexualmente ambigua. Como todo gran clásico, totalmente unisex.

Tengo la suerte de poseer las dos versiones para poder comparar y doy fe que mi nariz se detiene en el sentido ocre y “avinagrado” de la versión Balenciaga por sobre la adición de miel y clavel del jugo de Lapidus. Ambas poseen un excelente sillage y una duración monstruosa pero, si debemos hacer un paralelo entre ambas, la versión Lapidus (que dicho sea de paso es más clara) posee más aire entre sus notas y su sensación de salida es menos potente…en todo lo demás no hay diferencia sustancial.



Animale de Animale perfumes.

Año de lanzamiento: 1987
Creador: no he encontrado datos de su creador.
Estado: reformulado. No he tenido la posibilidad de comparar con una muestra vintage pero, debido a su estructura olfativa, es impensable que no haya sufrido adaptaciones.
Principales notas (o a que huele en mi): civeta, miel y musgo de roble.
Usos: cuando se quiera impactar, especialmente nocturnos.
Sentimientos que provoca: consternación, lo amas y lo odias a la vez. Es un monstruo gigante que te deja completamente fuera de control.
Duración y sillage: potentes.

Civeta con musgo de roble, es decir, orina de gato y tierra húmeda mohosa no parace la combinación perfecta para un perfume y menos para uno que formó parte del bagaje perfumero de este maniaco de los aromas. Animale es un símbolo de los ochenta, una oda perfumada y putrefacta al maravilloso y también nada amable Paloma Picasso, de hecho muchos usuarios los comparan; para mi, Animale fue y será la interpretación económica de Paloma.

A qué huele: difícil describir un perfume antiguo y más aquellos lanzados en los gloriosos ochenta; una época golosa para la perfumería, caracterizada por monstruos olorosos y poco amables con el entorno….ahhhh, los ochenta! (suspiro profundo de quién suscribe) cómo volver a la época en el que el perfume anunciaba al usuario varios metros antes de entrar en una habitación.

La apertura de esta  bestia son flores antiguas con aspecto de un apretado bouquet: claveles amargos teñidos con trazos metálicos y astringentes, casi aldehídicos, luego rosas al estilo de Diva de Ungaro,  un poco polvosas y pesadas, algo de miel y puntos vegetales profundamente verdes; un poco dulce en el fondo y con un dejo amargo que se queda en la garganta por un buen tiempo.

Hacia el final de su estructura olfativa la civeta con musgo de roble endulzado con miel lo tapan todo y construyen una fragancia dulce, potente, atrayente y montuna que va dejando su estela a sexo y sudor, a ostentación y extravagancia. Quizás hoy huela extremadamente antiguo y apabullante y tal vez, un poco vulgar, pero ahí radica su gracia y se fundamenta su valor infinito pues es tan diferente en su irreverencia y audacia, que escupe en la cara de las narices que quieren oler a algodón de azúcar.

Al final la civeta se rinde a la preponderancia del musgo y deja el paso libre a maderas dulces y  flores cremosas y suaves: ligeramente oriental y paradójicamente amable.

Es un animal de los de antes, descaradamente unisex, aunque hoy puede que huela más sintético de lo que recordaba.


La nuit de Paco Rabanne.

Año de lanzamiento: 1985
Creador: Pierre Wargnye
Estado: descontinuado.
Principales notas (o a qué huele en mi):
Usos:
Sentimientos que provoca:
Duración y sillage:


Una obsesión o un hobbie comienza con la necesidad ontológica de conocer más y más sobre el objeto u objetos de nuestro afecto. Empezamos en silencio, observando nuestro alrededor y como niños que comienzan a dar sus primeros pasos, nos movemos maravillados y desconcertados en un universo nuevo…cuando vamos más allá de esto, nos transformamos en descubridores de sensaciones que no conocíamos y, por un instante, podemos observar, cuan Marco Polo, los misterios que se extienden ante nuestros ojos…o narices. De ahí un paso a volverse adictos…como yo.

En mi caso el gusto por los perfumes ha sido herencia familiar traspasada por vía materna; mi bisabuela amaba Aprés midi de Monix para su uso diario y L´air du temps para los momentos especiales, mi abuela, de quién he hablado en muchos post, será recordada siempre por Ysatis, Opium o Ferré y mi madre…bueno, mi ecléctica madre, se somete a los gustos de las fragancias que yo le regalo y que son muchas;  aunque para mi su piel huele a una mezcla de L´acquarossa y Rumeur 2 rose, definitivamente dulce, delicada y exquisita…

Bueno a lo que iba con estos devaneos de la memoria es que en las aficiones uno pasa de ser un descubridor a ser un adicto y en esas tareas se conecta con otros adictos que sienten lo mismo que uno. Dios los cría y el Diablo los junta dice el refrán, yo prefiero pensar que el amor por las fragancias nos hace hermanos y nos ayuda a entendernos entre nosotros…habitantes de este mundo efímero y sensual.

Conocí esta fragancia por un hermano de perfumes, un coleccionista de fragancias vintage que se ha transformado en mi dealer surtidor de aromas narcóticos imposibles de conseguir (por cierto los vende a muy buen precio; quién desee el dato se puede contactar conmigo) y en un envío me cedió esta fragancia con el siguiente mensaje: “siéntete libre de tirarla o estrellarla contra el piso”, paradójico pensé, pero no lo hice, en parte por que la amé apenas la olí y en parte debido a que no soportaría vivir en una casa que oliera mucho tiempo a semejante animal…así es La Nuit.

Cómo describir algo que no pueden oler… es un poco Diva de Ungaro, algo de Paloma Picasso y Animale adicionado con One Man Show y todos los perfumes con acuerdos animálicos y cuero que se puedan imaginar. Es más sucio que el antiguo Kouros, según palabras del amigo que me lo cedió, yo no lo puedo afirmar pues solo he olido la versión actual; lo que sí sostengo es que a su lado Secretions magnifiques es una película Pixar.

La Nuit es una bomba dulce, sexy, sucia, asquerosamente picante y por lo mismo, una de las creaciones más fabulosas que he olido en vida. Soy de aromas incorrectos, de usar cosas que muy pocas personas usan hoy y menos un hombre y, pese a todo esto, La nuit me hizo temerle; no sé si tendré la personalidad para vestirlo, pero es maravilloso olerlo en la piel, en soledad…alejado de la sociedad que me puede rechazar al olerlo en mi.

Apertura de hierbas verdes, sabia vegetal, aroma de tallos cortados con tintes de rosa y geranio que traen recuerdos a Rumba y a Diva, pues las flores del inicio son muy similares en dichas fragancias; y luego toques de miel que "acolchonan" suavemente la bomba de algalia que lo llena todo de principio a fin. La nota de cuero no hace más que realzar las características sucias de este perfume animal que aturde todo y a todos a su alrededor. Fue la primera fragancia que olí tras una potente rinitis alérgica que me tuvo sin olfato dos meses y debo confesar que sentir su aroma fue como perder la inocencia: una experiencia inolvidable.

No hay nada cítrico, suave o fresco en el; en ningún momento da un respiro a los sentidos, se siente dentro del cerebro, punzando y metiéndose en cada célula del cuerpo. Es un "monstruo grande y pisa fuerte", tal vez tanto que aturde.
Prometo usarlo una de estas noches y ver que sucede a  mi alrededor.