jueves, 30 de julio de 2015

Perfumes Niche II: Mona di Orio y Serge Lutens.


Hace un par de semanas atrás publiqué un post orientado a algunos perfumes niche que he probado o que, debido a sus estructuras aromáticas, era necesario prestarle atención.

Perfumes como estos son difíciles de encontrar en el mercado latinoamericano, aunque la casa argentina Feuguia (que lamentablemente no conozco) posee toda una colección de fragancias orientadas a esta tendencia que hoy posee miles de fanáticos.

En esta entrega dedicaré una líneas a algunos de los perfumes de las casas Mona di Orio y Serge Lutens que se caracterizan por la presencia de ingredientes de la más alta calidad estructurados en torno a conceptos de creación artística que buscan la construcción de ideas aromáticas. 

Como mencioné en el post anterior, los niche de hoy son lo que la perfumería tradicional fue durante sus años dorados: creaciones olfativas que perseguían evocar situaciones, momentos, lugares e incluso estados de ánimo por medio de la mezcla armónica de materiales naturales y sintéticos.

Hoy un Opium de Yves Saint Laurent, L´heure bleu de Guerlain o un Narcisse Noire de Carón, serían considerados niche.

 
Imagen extraída de: basenotes.com




Mona di Orio

Es una “nariz” que, durante quince años, trabajo bajo el alero de Edmond Roudnitska (el creador del bello “Diorissimo”, un milagro de la perfumería moderna) como aprendiz.

La casa Mona di Orio nació en Amsterdam en 2004 y en la actualidad, tras la muerte de la fundadora en 2004, es dirigida por su socio Jeroen Oude Sogtoen.

Los perfumes Mona di Orio se caracterizan por la calidad de sus ingredientes y por la profundidad de sus acuerdos que son basados en conceptos propios del arte y la filosofía; así por ejemplo, la colección “Les nombres d´Or”, que reúne seis perfumes, están inspiradas en las medidas áureas que sustentan un ideal de belleza basado en la proporción de los componentes y la armonía de los cuerpos.


Cuir:

Este cuero pertenece a la colección “Les nombres d´Or” fue lanzado el 2010 por Mona di Orio. Se caracteriza por un acuerdo de cuero-ahumado con toques verdes (a sabia vegetal), castóreo y cardomomo que le otorga un toque sucio al cuero-humo de corte perfecto.

Cuir es rock sudado y pesado que no puede ser asimilado por una nariz delicada; es un cuero sexual pero que no invita a la pasión, si no más bien al aroma que flota después de una noche salvaje. Está cargada de sudor, un poco de alcohol y cigarrillos. Nunca da respiro, no presenta grandes evoluciones y, sin lugar a dudas, es una experiencia completamente alucinante.

Este aroma es una explosión a los sentidos (semejante experiencia la tuve solo con Secretions magnifiques), una fragancia que captura y repele a la vez. En mi tendencia maniática por aquellos perfumes que no huelen “lindo” encontré maravillosamente decadente esta versión de Mona di Orio, completamente alejado del sensual Cuir de Russie de Chanel y al extremo opuesto del especiado Cuir de Lancome. Cuero-humo-sexo-sudor sería lo que resume a esta maravillosa y rara creación.

Al igual que la gran mayoría de los niche, esta fragancia puede ser usada por hombres y mujeres de manera indistinta, sin embargo, su estructura se desenvuelve mucho mejor en la piel masculina. Duración por sobre el promedio  (8 horas siendo muy potente las primeras tres), es un aroma que puede ahogar debido a que no da respiro manteniendo constante su evolución.

Oiro:
 
Jazmín metálico y ligeramente alcanforado que se funde en un toque de polvo amarillo-naranja y ligeramente antiguo que decanta en una nota dulce y balsámica de ámbar y almizcle.

Me recordó aromas de mi infancia, talco para bebes y perfumes antiguos. Cuando era muy pequeño existía una colonia llamada “Pour Dame” de la casa  “Monix”, este Oiro me hizo pensar en el frasco de vidrio blanco empavonado y tapa amarilla con una dama de sombrero característico de esa fragancia chilena; está claro que no podría hacer una comparación entre este niche y esa antigua creación, es solo un juego de la memoria y la imaginación.

Esta fragancia es un golpe en la primera oleada, sus acuerdos florales son intensos y distantes, para nada cálidos o amables sino más bien fríos y un poco secos que van mutando en un frutal ligero, cítrico y potentemente áspero. Pasado unos minutos, la mandarina se transforma en algo amargo, probablemente la siempreviva unida al vetiver, dando paso a un cedro fresco con dejos de abeto o pino picante que, sin ser leñosos, lo hacen decantar en un aroma con un secado fresco, verde y potente.

Su estela es moderada siendo pesada con sobre aplicaciones. Duración 5 horas en mi piel.


Serge Lutens:

Imagen extraída de: kafkaesqueblog.com
Una de las marcas de “culto” cuando uno se inicia en esta aventura de los olores. Lutens es adorado por miles de seguidores y sus perfumes se comercializan en los lugares más exclusivos; pese a esto sus perfumes, dentro del mercado niche, tienden a conseguirse a precios mucho más razonables que otras marcas que apuntan al lujo exacerbado y a mercados donde la exclusividad es un plus.

Serge Lutens es un estilista, fotógrafo y diseñador francés que durante muchos años se encargo del diseño y la imagen corporativa de la marca japonesa Shiseido. A partir del 2000 lanza su propia marca homónima caracterizada por perfumes sorprendentes, contenidos en envases limpios y formas minimalistas.


Femenité du Bois:

Conocí y amé esta leñosa fragancia cuando aún pertenecía a Shiseido y venía en una botella de vidrio violeta profundo y estaba cargada de cedro, canela picante y ciruela licorosa.  A mi madre le obsequiaron una miniatura de este perfume  por la compra de otro (situación muy común en las antiguas perfumerías como un guiño de fidelidad a sus clientes), como mi madre la encontró  potencialmente masculina y nunca ha soportado los orientales, la terminé usando yo; tenía entonces 12 años.

Femenité du bois ha cambiado, la versión actual de 2009 parece un poco menos profunda y leñosa y la ciruela ha sido reemplazada por un acuerdo más cercano al jugo de ciruelas pasas que al licor picante de antaño. Pese a esto sigue siendo una muy diferente y maravillosa fragancia oriental.
Destacan en ella: ciruela,  violeta, un toque de canela y un acuerdo leñoso de cedro que le dan un secado profundo y masculino.

Muscs de koublain khan:

Una fragancia compuesta por Christopher Sheldrake en 1998 se caracteriza por su acuerdo animálico con un toque dulzón de sudor con una potente carga sexual.

Este perfume es difícil de digerir, los almizcles animales se estructuran en torno a un toque de especies picantes que lo transforman en un aroma animal profundo y almizclado.


Puede ser un perfume sensual y es mucho mas llevable por un hombre; para portarlo es necesario saber que olerá a cópula, al aire enrarecidamente dulce  de una habitación en la que se ha hecho el amor. Esta fragancia es el olor de los cuerpos que se encuentran en un abrazo amoroso, el sudor ambarino pegado a las sábanas pero también, es el aroma montuno de los caballos tras una carrera...difícil y maravilloso.

Esta bestia olorosa posee una estela potente las dos primeras horas, luego se vuelve amable y su aroma se estructura en torno a un perfume dulce, pegajoso y picante. Duración en mi piel 6 horas siendo muy potente las primeras dos.




Pronto publicaré la tercera parte de este post dedicado a Andy Tauer y Ramón Monegal.

miércoles, 22 de julio de 2015

Diva de Ungaro...o el perfume de una diosa.


Año de lanzamiento: 1983
Perfumista: Jacques Polge
Familia aromática: Chipre-floral y un poco aldehídico (pero muy suave).
Principales notas (…o a qué huele en mi): rosa, clavel, semillas de coriandro (acuerdo amargo como a Jacinto); luego miel, civeta algo de pachulí y ambar.
Estado: Probablemente reformulado, el clavel, el musgo de roble y la civeta, no son ingredientes vistos con buenos ojos por la IFRA.
Duración y estela: la duración es por sobre las ocho horas. Aplique un split en la muñeca a las 23:00 y hoy a las 12:00 pm aún lo sentía al apegar la nariz. La estela es muy potente las tres primeras horas.

Imagen: Mónica Bellucci para Dolce & Gabanna en Bazaar.com

Cuando era pequeño, hablamos de fines de los 80,  la perfumería en mi país no estaba absolutamente desarrollada y aunque las marcas clásicas tenían una importante presencia en el mercado nacional, era muy difícil adquirir perfumes, puesto que eran caros y la variedad no era la más optima. Hablamos de un país que miraba al futuro, luchaba por volver a la democracia y buscaba abrirse a un mundo que, no veía con buenos ojos los años de dictadura. Los productos de lujo e importados se limitaban al gusto (o recursos) de los escasos importadores que existían por aquellos años.

Recuerdo que mi mamá y mi abuela, mujeres elegantes y amantes de los perfumes, tenían una amiga que trabajaba de forma particular en la importación de perfumes, viajaba a Buenos Aires o Sao Paulo (mega metrópolis profundamente cosmopolitas para nuestra realidad) y, entre otras mercancías de lujo, traía perfumes a escala de unidad. Gracias a esta señora o “tía” como los niños chilenos le dicen a las amigas de la mamá (o a toda señora mayor de edad), tuve mi primera caja de cien colores para dibujar y mi abuela su primera botella de Diva de Ungaro.

No recordaba la grandeza de este perfume hecho para ser usado por una diosa femenina y elegante; hace poco lo encontré en su versión eau de parfum y no pude resistirme a tenerla. Los recuerdos, en materias intangibles como lo son las fragancias, pesan más que el sentido común, Diva me recordó esa época de niñez y descubrimientos. Lo olí y era demasiado hermoso para dejarlo ir.

Debo haber probado la versión vintage por  1988 y es probable que haya sido profundo y balsámico pero, en honor a la verdad, no recuerdo dicho aroma por ende, hablaré de lo que esta fragancia es hoy; supongo que debe tener una serie de reformulaciones en el cuerpo pero, al primer split sobre la muñeca, se huele su gloria clásica, poderosa, dulce y soberbia.

La salida se mueve en torno a una rosa dramática (muy rosa Chanel o muy rosa Jacques Polge, si se prefiere), semillas de coriandro (o cilantro) y trazos de clavel que recrean un acuerdo de hierba amarga y astringente que recuerda al geranio; luego un toque de aldehídos frescos y verdes, similares a los de First, miel, algo de narciso y más rosa. Finaliza su estructura aromática con civeta, musgo de roble, sándalo, iris ahumado, un toque de ámbar tibio y un pachulí cálido y dulce.

Antes de seguir es necesario aclarar algo con respecto a las fragancias de estructura  clásica y es que los acuerdos mencionados son usados como una forma didáctica orientadas a construir solo una referencia olfativa. Diva, como clásico que es, huele como un bouquet apretado del que no es posible distinguir sus notas por separado, excepto la civeta con miel, rosa y clavel que lo llenan todo; el resto de los ingredientes son suspiros que construyen distintas facetas en torno a estos cuatro elementos principales.

Imagen extraída de: listal.com
Un perfume ligeramente animal, con remembranzas a Paloma Picasso y Rumba de Balenciaga, otros monstruos de los ochenta; pero también elegante y, por sobre todo, irreal ya que pertenece a un mundo propio de la mitología de las fragancias. Diva es como un dragón que expele fuego de su interior y lo conquista todo a su paso, demasiado extremo, único, potente y por lo mismo, un perfume en vías de extinción ya que se traduce en una aroma absolutamente contrario a los gustos actuales, sin embargo, está hecho para sentirse especial y sofisticado.

La imagen de Diva es la de una mujer poderosa, como una Cabiria doliente, sexual y animal pero de corazón dulce, que sabe amar por sobre todas las cosas. Al igual que el personaje de esta película de Fellini, el perfume puede desencajar la primera vez que se lo huele pero, una vez que descubre su corazón caliente, es imposible no rendirse bajo su abrazo de amor.

Si lo encuentran por ahí…no lo dejen pasar, pronto será solo un recuerdo.



jueves, 16 de julio de 2015

Perfume clásico: Paris de Yves Saint Laurent. Revisión fórmula vintage, eau de parfum y eau de toilette actual.

Año de lanzamiento: 1983
Perfumista: Sophia Grosjman
Estado: Reformulado. Hoy París no huele con la potencia que solía serlo, sin embargo, su espíritu multifloral se mantiene.
Principales notas (o a que huele en mi): rosa cítrica con bergamota ligeramente picante, hojas de violeta y polvo de iris, mimosa y jacinto. Hacia el final punto verde terroso y ligera te húmedo.
Usos: París es un perfume especial que requiere de usos especiales o de un ánimo que se oriente hacia la alegría y el disfrute...no creo que sea un perfume serio sino todo lo contrario, la versión actual se desarrolla festivo y lleno de luz.
Duración y sillage: la versión vintage posee una duración y un sillage propio de todos los YSL clásicos; la versión actual está por muy bajo de eso. La actual eau de toilette y eau de parfum poseen en promedio una duración de seis horas siendo muy potente la primera media hora, luego baja a ras de piel.

Imagen extraída de: vickyale.com.br


El bello Paris, que otro adjetivo podría dársele a un perfume icónico como este. París es bellamente facetado y lleno de elementos que lo hacen representativo de la época de oro de la perfumería, aún cuando Paris haya cambiado en la actualidad, sigue siendo profundamente bello.

Las leyendas que rodean a todos los grandes clásicos de la perfumería, se encuentran repletas  de inspiraciones y sentimientos orientados a la creación de universos conceptuales llenos de elegancia y glamour; se dice que Yves ya tenía elegidos los colores del perfume, rosa y negro, antes de haber aprobado el olor del mismo. De ahí, un paso, una creación multifloral que recuerda un jardín completo, donde las rosas, las violetas, las mimosas e incluso la sabia vegetal de las plantas están cubiertas de rocío. El jardín de mi abuela, una de las personas que me inició en el mundo de la perfumería, mojado después de una lluvia de verano, olía como huele París.

Mi amor por París surge de una devoción maniática por las creaciones de Sophia  Grosjman, me reconozco fans de sus estructuras aromáticas, me gustan todos los aromas creados por esta artista y cada uno de ellos logran transportarme a mundos llenos de magia y belleza (prometo escribir pronto sobre ella y Sun Moon Stars, Beautiful, Eternity, Trésor, Kashaya o  Volupté...perfumes que atesoro en mi colección). No puedo dejar de oler mi piel acariciada por las fragancias que han salido de su imaginación.

Si hablamos de París debemos referirnos, como en todas las fragancias clásicas, a cada versión por separado. La vintage, con su cajita rosa profundo, dorado y negro, es profundamente más rica y con mayor evolución olfativa que la actual y por ende, se desarrollada más lenta y  detallada que la moderna pasando rápidamente de una fase a otra para asentarse rápidamente en los acuerdos base, que suelen ser los más duraderos.

La versión original (probada de una botella de eau de toilette de 1994) es un ramo floral apretado y embriagador que se sucede sin distinción de notas; los florales son profundos y atalcados: rosa, polvo de violeta y mimosa lo dominan todo; luego iris, jacinto, azucena, jazmín y muguette decantan en un sándalo verde, un ámbar cálido y  un acuerdo seco de musgo de roble y ciprés que le otorgan un final leñoso, ligeramente húmedo y profundo. Su evolución va  desde un floral picante y rosa con un toque de polvo, un poco antiguo, hasta  un floral leñoso cálido, húmedo y astringente que, con un split, conquista con su aroma durante todo el día.

La fórmula actual debe dividirse en dos: eau de toilette y eau de parfum, ambas resultan diferentes en su evolución, sin embargo, rosa, violeta, mimosa y sándalo ambarado, siguen otorgándole su aroma tan característico.

La versión eau de toilette, a mi parecer, es la que de mejor manera reproduce el aroma original imaginado por Grosjman, aunque hoy su estructura es menos compleja y mucho más fácil de llevar. Se caracteriza por la presencia de un compuesto de rosa-mimosa que, unido a la bergamota, le dan un aspecto alegre, jovial y muy contemporáneo. En las notas medias el acuerdo de iris y violeta  otorgan un aire a polvo seco y dulce pero ha sido profundamente rebajado con respecto al París original; tal vez un guiño de modernidad que busca acercar la fragancia a los nuevos tiempos y hacerla más vendible en la actualidad. Pasada unas dos horas se descubre el tono verde-leñoso del cedro y  el toque cálido del almizcle; al parecer el  musgo de roble no está presente en esta reformulación.
Su estela es potente solo la primera media hora con la duración de una excelente colonia artesanal.
París eau de parfum es profundamente más rica y dulce, pero también más alejada de la idea original. El ramo de flores se encuentra más compacto y las rosas son aún más cítricas y picantes pero posee un punto de miel que no me termina de convencer y que, me parece, estuviera puesto para modernizar aún más la fragancia. La estela de esta es mediana a potente, dependiendo de la cantidad de split.
Tal vez para las usuarias del París clásico esta nueva versión sea una gran decepción pero hay que tener presente dos aspectos fundamentales: por un lado el aroma que, no es igual al original, posee su mismo espíritu y mucho parecido,  aún encontramos la belleza propia de la perfumería artística clásica y sigue siendo una fragancia conceptual, rica en matices y  representaciones que, lo hacen único y sofisticado. La nota de polvo y talco de violetas es lo que más extraño, sin embargo, en esto es más amable con las nuevas generaciones.

Por otro lado su duración y estela, esto podría ser un punto discordante,  pues París no dura como solía mantenerse en la piel y no arroba todo a su paso como lo hacía antes; las versiones actuales son mucho menores en ambos sentidos e incluso podrían parecer diluidas o “aguadas”, sin embargo, no dura menos que cualquier perfume actual y, en estricto rigor, su sillage tampoco es pobre o suave. Por la belleza del aroma, un asunto como este puede solucionarse con un poco más de aplicaciones.


No considero que sea un perfume para adquirir sin conocerlo, incluso habría que darle una, dos o tres oportunidades antes de decidir adquirirlo pero, aún así, es necesario quitarle el estigma de “perfume de abuela” ya que hoy no huele al polvo violeta de antes y por ende, su aroma posee mayor concordancia con los gustos actuales. Ha perdido mucho de su impronta clásica, su belleza original y su soberbia de monstruo pero, aún es magnífico.


Una fragancia para una mujer que desee impactar y sentirse abrazada por su perfume. Es tan delicioso, bello y cargado de magia, que no puedo resistir la tentación de ponerme un spray cerca del corazón, casi clandestinamente debido a su profunda femeneidad,  para así poderlo disfrutar privadamente.